La mala suerte de quienes nos tocó ser los primogénitos. Cargan y cargarán en nosotros toda su rabia y frustraciones de cuando eran pequeños, cometiendo generalmente los mismos errores que cometieron sus padres.
Hoy me quedó claro que de mi no necesitan ni mucho menos valoran mis opiniones. Y en buen momento me doy cuenta. En unos años me iré y estaré agradecida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario