
Un rayo de sol se coló por las cortinas y se propuso molestar a mi ojo izquierdo a eso de las 9 de la mañana. La ventana se me había quedado abierta por lo que un poco de brisa movía el móvil multicolor que colgaba del techo mientras, en mi cabeza, daba vueltas una canción que no podía descifrar por que las voces sonaban distorcionadas y lejanas. Sin duda había sido otra de esas noches soñando incoherencias o mundos fantásticos, por que no tenía idea de dónde estaba.
Recordé todos los cuentos a medio terminar que dejaba tirados por la pieza, esperando a ser retomados y leídos. Siempre me decía " este va a ser la novela... mí novela". Creo que los cuentos fueron y serán lo mío.
Me saqué la sábana de la cabeza para ver si podía amenazar al rayito molestoso ese. Me tapé los ojos con mis manos y vi formas de mil colores que algún día podría pintar. Si contara todas las veces que he dejado proyectos inconclusos, buenas ideas que nunca llevé a cabo... apuesto que llenaría una pieza con ellos. Mi problema es no creer en mí. En que algunas de mis 'iluminaciones' tienen futuro. No todas merecen ir a la basura siendo apuntadas como monstruitos. Yo soy su madre y no debo discriminarlos por parecer locos.
El sol tenía intenciones de atacarme con todo su poder, así que me levanté dejando atrás mis pensamientos enrollados con las sábanas. Ya habría tiempo para ordenar.
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