
Bajo un cielo negro, se extendía un campo de miles de hectáreas. Se podía ver que, a lo lejos las nubes topaban con la tierra, juntándose allá, lejos, en el fin. Donde nadie ha llegado. No podría especificar cuanto es matemáticamente… aquí, para mi alegría, no existen los cálculos.
Abarcando aquel territorio, se extendía una singular cosecha. En grandes maceteros de más de 1 metro de alto, habían miles mujeres sepultadas boca abajo. O por lo menos eso parecían por que lo único que emergía de la tierra, eran piernas femeninas con mini faldas y zapatos de distintos diseños y materialidades.
Esta escalofríante imagen era lo que observaba hace más de 1 semana, desde el segundo vagón de la máquina que se alimentaba de llantos. El mismo monótono paisaje se repetía como holograma, como deja vú. No tenia ni principio ni fin. No se veía gente ni animales. Eramos sólo nosotros rompiendo el silencio, andando sin rumbo.
- ¿Cuál es nuestro destino? - le pregunté al joven mientras abría la ventana del vagón. La misma por la que todos los días observaba el repetitivo campo.
- No tenemos. Esta máquina fue construida para no detenerse, para vagar sin rumbo y recibir a los errantes del mundo que buscan su camino. Sólo se detiene si no tiene combustible.
Esperaba que el aire entrara al vagón, pero claro, olvidé que ahí todo es quieto. No sopla viento.
Abarcando aquel territorio, se extendía una singular cosecha. En grandes maceteros de más de 1 metro de alto, habían miles mujeres sepultadas boca abajo. O por lo menos eso parecían por que lo único que emergía de la tierra, eran piernas femeninas con mini faldas y zapatos de distintos diseños y materialidades.
Esta escalofríante imagen era lo que observaba hace más de 1 semana, desde el segundo vagón de la máquina que se alimentaba de llantos. El mismo monótono paisaje se repetía como holograma, como deja vú. No tenia ni principio ni fin. No se veía gente ni animales. Eramos sólo nosotros rompiendo el silencio, andando sin rumbo.
- ¿Cuál es nuestro destino? - le pregunté al joven mientras abría la ventana del vagón. La misma por la que todos los días observaba el repetitivo campo.
- No tenemos. Esta máquina fue construida para no detenerse, para vagar sin rumbo y recibir a los errantes del mundo que buscan su camino. Sólo se detiene si no tiene combustible.
Esperaba que el aire entrara al vagón, pero claro, olvidé que ahí todo es quieto. No sopla viento.
Me estaba hartando de solo andar y no llegar a nada. Parecía una rutina, y odio las rutinas.
- ¿Y usted ha sido designado a guiar este tren? ¿Es algún tipo de guía espiritual?
- Para nada. Solamente no he encontrado mi camino…- respondió abrumado
Me compadecí de el. Quizás cuanto tiempo había estado en aquel cargo, quizás años. No podía quedarme para averiguarlo, así que, con un tremendo pesar comencé a inventar una excusa:
- Quisiera quedarme más tiempo, pero…
- Si crees que ya se acabó tu tiempo aquí, puedes irte. Nada te ata, y nadie te obliga.
Solo unos minutos tardó en parar el tren. Me abrió la puerta para que bajase. Lo hice, mientras tenía la sensación de que debía quedarme con aquel enigmático y misterioso personaje.
- Espero volver a verle.
- Lo mismo digo. Quien sabe donde me lleve esta loca máquina.- diciendo esto cerró la puerta, y en menos de medio segundo desapareció.
- ¿Y usted ha sido designado a guiar este tren? ¿Es algún tipo de guía espiritual?
- Para nada. Solamente no he encontrado mi camino…- respondió abrumado
Me compadecí de el. Quizás cuanto tiempo había estado en aquel cargo, quizás años. No podía quedarme para averiguarlo, así que, con un tremendo pesar comencé a inventar una excusa:
- Quisiera quedarme más tiempo, pero…
- Si crees que ya se acabó tu tiempo aquí, puedes irte. Nada te ata, y nadie te obliga.
Solo unos minutos tardó en parar el tren. Me abrió la puerta para que bajase. Lo hice, mientras tenía la sensación de que debía quedarme con aquel enigmático y misterioso personaje.
- Espero volver a verle.
- Lo mismo digo. Quien sabe donde me lleve esta loca máquina.- diciendo esto cerró la puerta, y en menos de medio segundo desapareció.
El campo con los sicodélicos y escalofriantes maceteros era todo mío.
1 comentario:
Hola Val! oie que buena que te haya gustao el blog, tb te voy a agregar obvio. Oie te cuento que al parecer si hay otro grupo de FF en Chile, porque la verdad es que me meti a uno hace algunas semanas en donde somos como 15 personas...de toos modos me voy a meter al tuyo, quizas logramos masa, quien sabe, si en Chile pienso que no somos tan pocos...así es que eso querida, de seguro me meto al tuyo mañana, porque ahora estoy apura jaj, ojala me respondas pa cachar.
Cuidate que estes super! y gracias por la invitación.
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