
Me cuesta convencer al despertador de detener sus manecillas. Me dice que no sabe como parar, que la razón de su vida es seguir y sigue avanzando, avanzando, sin darme un respiro.
Intento a la mañana siguente, pero me dice de nuevo que no puede; pero que le gustaría saber por que tiene sólo derecho a andar. A lo que respondí encogiendo los hombros.
Antes de dormirme, reloj me mira con cara de cansado. Aún sigue corriendo en su carrera loca sin meta, sin saber por qué.
El sol ya ha salido, y ya tenía ganas de ponerse en mitad del cielo, cuando despierto.
Mi despertador no sonó.
En una esquina del velador se pueden ver dos pilas que encajan perfectamente en la parte trasera del reloj.
4 comentarios:
Sentirse dependiente de algo, que no sabes como parar, es la peor condena, que cualquiera pudiera esperar...
You've killed it... poor alarm clock...
yo casi no uso despertador, estoy acostumbrado a salir antes de la cama.
nos vemos!
La importancia de nuestro reloj interno.
Impactante final, me gusto mucho.
Te abrazo
MentesSueltas
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